
Según los estudios
realizados recientemente, el actual municipio de Peñamiller estuvo poblado por
grupos serranos desde hace más de veinte siglos, así lo demuestran los
petrograbados que se encuentran en la rivera del río Extorás, los que tienen
dicha antigüedad. Otra evidencia son los objetos y figuras de cerámica de
personajes encontrados en La Plazuela, Camargo y Alto Bonito, que datan del
Siglo VIII.
Estos objetos tienen
influencia Tolteca y entre las que se encuentran figuras femeninas que pueden
ser sacerdotisas, de una gran señora o diosa Quechquemitl y un enredo alrededor
del cuello y en las orejas unos pendientes largos y grandes, pipas y diversos
animales. También se encuentran los petroglifos y petrograbados de Río Blanco,
El Soyatal, El Mirador, El Puerto del Cobre, La Mesa de los Chilitos, La Cueva
del Caballo, y La Cruz del Milagro.
En las minas que han
sido redescubiertas y trabajadas, preferentemente en el Soyatal, se han
encontrado algunos utensilios que posiblemente fueron usados por los indígenas
para extraer los metales. Se cree que los mineros prehispánicos tenían
conocimiento del uso del mercurio para separar el oro de la plata y otros
metales. El cinabrio era comercializado para los ritos religiosos y pinturas;
éste era objeto de una extensa comercialización que se puede remontar al final
del clásico y principios del posclásico (800 a 900 d. C.) en el auge de los
grupos serranos. Posteriormente estos grupos serranos debieron abandonar la
región por motivos ignorados.
Peña Millera era el
nombre correcto que con el tiempo hará el actual de
Peñamiller.
El 7 de octubre de
1833 la Constitución Política del Estado de Querétaro, registró a Santa María
Peñamiller (antes Santa María Peña Millera) y es municipalidad del distrito de
San Pedro Tolimán.
Con el arribo de los
conservadores al poder, la República Mexicana se dividió en departamentos y los
departamentos en partidos y en municipalidades por lo que Santa María Peña
Millera, pasó a pertenecer al distrito de Cadereyta.
El gobernador Don
Manuel López de Ecala (1830 –1832) gobernó un poco más de la mitad del tiempo
constitucional. Fue un hombre que tenía una visión muy clara de lo que su
gestión debería superar: la base de la paz, era la libertad; y el cultivo del
tabaco era sumamente codiciado por lo que debía dejarse libre, dando garantía de
compra para la fábrica de cigarros. El impuesto y la garantía en la compra,
pagaban lo que dejaba en el estanco y todavía quienes vendían afuera; pagaba la
alcabala; quitaba el estanco y dejaba totalmente libre la siembra y la venta del
tabaco cosechado. Esta libertad, le dio gran popularidad.
El 16 de mayo de
1917, en la Ley Orgánica del Municipio Libre en el Estado de Querétaro, del 31
de diciembre de 1916, Peñamiller (antes Santa Maria Peñamiller) no fue
consignado como municipalidad, se le asignó la categoría de Villa en la
municipalidad de Colón.
El 16 de septiembre
de 1917, con la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Querétaro
Arteaga, Peñamiller pasó a formar parte de la municipalidad de Tolimán al
suprimirse la municipalidad de Colon.
El 24 de noviembre de
1917, la Ley Orgánica del Municipio Libre del Estado de Querétaro indicó que
Peñamiller era Villa en la municipalidad de Tolimán.
La revolución
mexicana se hizo presente en los distintos enfrentamientos que se suscitaron
entre el ejército y los diversos grupos. En un enfrentamiento entre el ejército
y los zapatistas en el Real de Xichú, murió en combate el coronel Elías
Medellín, vecino de Peñamiller, el 31 de enero de 1918.
En el mes de octubre
de 1918, se desarrolló una peste con el nombre de gripe. Muy pocas personas
escaparon del contagio. De tantos que morían, se dio el caso que los mismos
cargadores quedaron moribundos en el camino. Algunas personas la combatían con
remedios caseros los cuales consistían en una toma de mezcal y limones
exprimidos, de ponches de borraja, de naranja o canela con azúcar, caliente, con
refino o catalán. Y como untura en la cabeza y coyunturas, se usó manteca
mezclada con cal viva, rosa de castilla y tequezquite. Para combatir la tos se
usaron los medios ordinarios, entre ellos muchos días se tomó agua
caliente.
El día 10 de febrero
de 1920 se llevó a cavo la bendición de la reedificación y decorado del templo
de Santa Maria de la Asunción de Peñamiller. La obra la emprendió en 1918 el
Pbro. Ignacio Martínez, quien después de formar la junta local para deliberar lo
referente y concerniente al trabajo material del templo, le encomendó el trabajo
al artista de pintura Don Manuel E. Olvera, originario de Querétaro y vecino del
pueblo de Peñamiller.